Macarena Roldán es una amiga de
Pulseras Rosas que después de muchos meses de lucha se enfrenta a su ÚLTIMA SESIÓN DE QUIMIO. Por ello, nos ha mandado
esta preciosa carta, en la que nos
cuenta cómo ha sido su experiencia y con la que quiere dar todo su apoyo a todos los que,
como ella, estáis en esta lucha. Por muy largo que parezca el camino, llega un día en el que todo se supera, si se
puede y ella es un claro ejemplo. Muchas gracias por hacernos llegar estas emotivas y sinceras palabras Macarena.
Buenas tardes,
Mi nombre es Macarena y no solo he estado en vuestra
tienda realizando compras y buscando un poco de asesoramiento y ayuda al inicio
de comenzar la quimioterapia sino que os sigo a través de Facebook, y me ha
servido de mucho.
Hoy es mi última sesión de quimioterapia y he redactado
una carta, la adjunto por si es de vuestro interés darle difusión por si a
alguien puede ayudar.
Muchas gracias por todo.
Saludos
Sevilla, 26 de Enero del 2015
Mi última sesión de quimio…
Una
frase con cinco palabras, tan sencilla y
con tanto significado para mí. Quimio, vía, efectos secundarios, analítica,
defensas, etc. Palabras que han ido
entrando en mi vocabulario, en mí día a día,
y que tanto me han influido.
Llegas
a tu última sesión y que pasa, que piensas, que sientes…ansiedad, nervios,
ilusión, alegría, incertidumbre, todo se mezcla los días previos a esta última
vez.
Atrás
quedan muchos meses, semanas, días, momentos difíciles y por qué no, otros no tan difíciles y buenos.
DOCE,
doce son las veces que me he enfrentado a esto, y no sólo yo, sino también mis
seres queridos y cada una de estas
doce…diferente, a veces con más ánimo, con más valor, otras con más esfuerzo y
otras con más miedos, más nervios…pero YA QUEDA UNA.
¿De qué
ha servido o sirve todo esto? Los médicos dicen que para
curarte, para acabar con ese cáncer que nació con la única misión en la vida
que fastidiártela… pero hay mucho más.
Todavía
me acuerdo de la primera vez, ni hablar podía, me sentía pequeña e indefensa,
todo era extraño, hasta los demás eran extraños, y si lo piensas hasta el
medicamento era extraño…ese rojo intenso
entrando en tus venas…
Esa
primera vez, cada náusea, cada malestar, cada sensación la vives diferente, te
angustia, te invaden y se enfatizan esos miedos y ves esa angustia en las
miradas de aquellos que lo viven contigo, de aquellos que prácticamente es como
si llevaran el tratamiento contigo.
Pero
llega el día en el que te dicen…NO LO
OLVIDES, NO ESTAS ENFERMA, ESTAS RECIBIENDO UN TRATAMIENTO ONCOLÓGICO, SON LOS
EFECTOS DE ESOS FÁRMACOS, NO ERES UNA
ENFERMA, y cambias la forma de
verlo, de afrontarlo…
Te
analizas, buscas con ansia todo aquello dentro de ti que te da fuerzas,
igualmente buscas todo lo externo que te ayuda, y es cuando comienzas a
valorar pequeños detalles, pequeños
momentos y los vives como si fueran
únicos y la suma de todos esos momentos….son
esos días, semanas, meses… y se puede, sí que se puede y le ves fin, sí que termina.
Y aun
terminando sin fuerzas ahí están el ánimo y la ilusión por comenzar una nueva
vida, porque desgraciadamente O POR SUERTE
he superado un cáncer que me ha dado una segunda oportunidad de
saborear y disfrutar de la vida de otra
forma muchísimo más auténtica.
Para
empezar esa nueva vida, y para finalizar esta carta, no podría dejar sin
mencionar que esas sesiones, esas doce sesiones no sólo ha sido recibir una
tratamiento, ha sido mucho más, ha sido una sonrisa, cariño y apoyo
incondicional por parte de todo el equipo de profesionales que allí se encuentra, que desde el primer día,
te cuidan, te atienden y animan como cualquier persona de tu entorno más cercano, y si mil gracias pudiera dar, mil
gracias daría.
Macarena Roldán Fabeiro
Paciente de oncología en el Hospital NISA