Tanto en la lucha contra el cáncer como en la formación de estos, las células inmunes tienen un papel más que esencial. Aunque sea contradictorio, todo sucede porque en algún momento la división de las células madre se altera. El sistema inmune y las células que lo forman, son las responsables de frenar a las células cancerosas. Por ello, poder potenciar su función permitiría una mejora muy significativa de su capacidad para luchar contra esta enfermedad.
Por su parte, la Universidad de Yale acaba de realizar un estudio donde se ha conseguido aumentar la respuestas de estas células inmunes y una potencia de actuación mayor antes las células malignas. Las células inmunes específicas, denominadas células T, son las encargadas de infiltrarse en los tumores para combatirlos. Pero, por si mismas, no son capaces de destruir las células cancerosas ya que una vez dentro del cáncer se quedan sin glucosa, un nutriente esencial para su formación y funcionamiento. Por ello, se comenzó todo este proceso que permita reprogramarlas para combatir el cáncer.
Cuando dichas células consumen glucosa, la convierten en fosfoenolpiruvato (PEP), lo que serviría para afinar la respuesta de las células T frente a los tumores. De esta forma, se reprogramaron células inmunes a nivel genético para que produjesen mayor cantidad de PEP, consiguiendo así restaurar la función celular en los tumores y ralentizar el crecimiento de los mismos.
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| Diferenciación de células inmunes. |
Los científicos creen que esta investigación podría abrir un nuevo camino en la inmunoterapia contra el cáncer. Además, dicha terapia podría aplicarse en diferentes etapas del cáncer según convenga, e incluso podría funcionar con otras enfermedades.
*Fuente: Medciencia
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