Científicos de la Universidad de Granada descubren como las células madre mesenquimales son capaces de potenciar los efectos de la radioterapia, aquellos que afectan al tumor irradiado directamente y a las células malignas que están a corta distancia.
Gracias a este descubrimiento, se puede conseguir a partir de ahora una radioterapia que sea más efectiva. Convirtiéndola a su vez en una nueva modalidad terapéutica para tratar el cáncer sistémico.
En la imagen se muestra la diferencia de un tumor en el que sólo intervienen células madre mensequimales (MSC) y otro en el que se combinan estas con radioterapia (RT+MSC). |
Las células madre mesenquimales (MSC), son un tipo que está presente en varios tejidos como la médula ósea, la sangre, piel o el tejido del cordón umbilical entre otros. Además, poseen un enorme potencial para el tratamiento de cánceres, ya que son capaces de alojarse en el interior de los tumores y cuando son preactivadas, o cuando se activan directamente mediante radiación, liberan citoquinas y proteínas supresoras de tumores, que producen una mejora muy significativa en los mecanismos de lucha contra el cáncer.
A todo ello, hay que sumarle que las células más cercanas de la zona radiada también comienzan a formar parte de este proceso cuando se suministra la radioterapia, utilizando para ello un conjunto de líneas de células cancerosas y células madre mesenquimales derivadas de estroma del cordón umbilical, incluyendo la activación con radioterapia.
El trabajo, llevado a cabo con ratones hasta el momento, ha demostrado que cuando se combina la radioterapia con el tratamiento con células MSC tanto en los tumores irradiados, como en los situados a cierta distancia de los irradiados, se reduce la velocidad de crecimiento tumor. Esto se debe también a que las células neoplásicas dejan de incrementar.
*Fuente: ABC
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