Cada cáncer tiene un patrón de desarrollo diferente que hace cada vez más necesaria la personalización de los tratamientos. La huella epigenética es la encargada de hacer que determinados genes se activen o no; y en el caso de los cánceres raros, acaban de descubrir que también sirve para identificar su origen.
Este estudio de los marcadores que hacen que un gen pueda expresarse o inhibirse, es lo que se conoce como epigenética. El investigador Manel Esteller, director del programa Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IBIDELL), explica como cada cáncer tiene su propia evolución.
Ahora, gracias a un nuevo dispositivo se pueden identificar estas huellas epigenéticas y compararlas con las 10.000 fotos de tumores humanos que poseen en este instituto. Todas estas imágenes corresponden a los 40 cánceres más frecuentes que existen a día de hoy; lo que no sabemos, es que estos tumores raros son uno de los diez que más se padecen.
Actualmente están trabajando con casos de metástasis y tumores en los ganglios, las costillas y la piel. En casos como estos, es muy importante detectar el tumor primario que lo desencadena todo porque es el que hay que tratar y eliminar con antelación. Normalmente, estos tumores se suelen detectar tarde, teniendo un mal pronóstico, como ocurre en casos de cáncer de páncreas y pulmón.
Por todo ello, cuando se habla de epigenética no podemos evitar mencionar la medicina personalizada. Esto se debe a que con ella se trata de buscar las mutaciones específicas de cada tipo de cáncer, para así poder darle un tratamiento específico. Y ahora, gracias a esta huella epigenética se podrá hacer a un nivel superior.
Con estos tratamientos se logrará aumentar la supervivencia, ya que permite identificar y conocer mejor la enfermedad en casos en los que no hay si quiera tratamiento. Además, gracias a ello se podrán evitar toxicidades innecesarias de los pacientes, ya que no tendrán que someterse a tratamientos que no vayan a hacerle efecto.
*Fuente: El País
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